miércoles, 13 de marzo de 2013

CARNAVAL 2013

Con un poco de retraso, llega la hora de hacer un balance de cómo ha sido nuestro primer Carnaval. Empezamos todo esto con los mismos ojos que un conejo en mitad de la carretera por la noche cuando le das las largas: muy abiertos, un poco asustados y sin saber muy bien para dónde tirar ni cómo hacerlo. Es verdad que, como publiqué en su día, La Carolina nos sirvió para ver cómo era eso de ponerse en el escenario a cantar delante de la gente, que era una de las cosas que más nos preocupaba pero que sin embargo es algo secundario del Carnaval, al menos como nosotros lo entendemos o como hemos podido comprobar este año que hay que entenderlo.

Por fin llegó el día de la semifinal, hicimos nuestra actuación lo mejor que pudimos y supimos. Cuando llegó la hora del veredicto todos éramos conscientes de nuestras limitaciones, y sobre todo de que "compitiendo" con nosotros estaban otras cuatro chirigotas del pueblo (que sólo hay que decir que las tenemos como referencia... así que imagínate si pensábamos estar por delante) y otras de fuera que también tenían un nivel que envidiar. A pesar de todo, por muy mal que lo hayas hecho, siempre te queda tu pellizco de nervios a la hora del veredicto. Quizá por eso (por pensar que no teníamos nada que hacer contra el resto de agrupaciones) fue por lo que nos volvimos locos y casi todos los trajes acabaron destrozados cuando se pronunció nuestro nombre dentro del grupo de los tres finalistas para la Gran Final de Agrupaciones Carnavaleras de Torredonjimeno. Lo siento por mis cantarines, pero era algo que no nos lo esperábamos ninguno y había que sacar nuevas cosas, habían pasado cosas recientes que tenía que comentar en la final. Así pues, y con tan sólo cuatro días para ensayarlo, salieron dos nuevos pasodobles y medio cuplé.

El día de la final es algo que no se puede describir: quizá en semifinal quedaría un poco el mal sabor de boca si no pasas a la final, pero una vez en esta te da igual todo, vas a a hacerlo lo mejor que puedes y a disfrutar tú mismo. Daba igual ser primeros, segundos o terceros. La comida juntos, la tarde de maquillaje, el pasacalles hasta el teatro, la actuación, la cena y la noche que esperaba no se hubieran podido comprar con millones de euros, es lo bueno que tenemos los que no estamos acostumbrados a tener dinero, que sabemos disfrutar de la vida.

Por fin llega el día de la cabalgata, y pocas veces he estado tan orgulloso de algo que he hecho como cuando veía por la calle gente que no sabíamos quienes eran y que no tenían nada que ver con la chirigota y gritaban "¡Sa Loly, Sa Loly!". Más que el premio económico (que alguna falta también nos hacía), el premio de este Carnaval ha sido ver cómo "Sa Loly" casi se ha converido en un himno que todo el mudo coreaba. Las actuaciones en diferentes lugares del pueblo durante la cabalgata y después en la carpa instalada junto al teatro han sido realmente el Carnaval, una fiesta en la que todo el mundo puede ser lo que quiera: todo lo que durante el año te gustaría ser, gracias al Carnaval puedes conseguirlo.

Para terminar, una vez finalizadas las fiestas seguíamos con ambiente carnavalero: la actuación junto a Los Hijos de la Gran Ruta en el Hard Blue y con el resto de grupos tosirianos en Sala Still. También la grabación del disco, que aunque aún no lo tenemos ha sido otra experiencia más que sumar a este mundo tan adictivivo que es el Carnaval.

Por tanto, me gustaría calificar el Carnaval 2013 con un 15 sobre 10. Ha superado con creces nuestras expectativas.